Una semana después de completar el cáncer de mama, la Evangelista Anne Graham Lotz reflexionó acerca de como su lucha le enseñó a escuchar la voz de Dios y cómo encontró consuelo en la sabiduría del Espíritu Santo.
Diagnostico de Cáncer
El pasado septiembre, tres años después de la muerte de su esposo y seis meses después del funeral de su famoso padre Billy Graham, Anne Graham Lotz contó que le habían diagnosticado cáncer de mama.
En ese momento, la maestra de la Biblia dijo que, a pesar de que la tormenta la había cubierto, tenía una «completa paz, gozo, esperanza y confianza».
«Sé que estoy en las manos de Dios. Sé que la razón por la que siento una calma vibrante es que no sólo estoy siendo sostenida por los brazos de mi Padre Celestial, sino también por sus oraciones», dijo Anne.
Un Año Después
Justo un año después, Anne completó el tratamiento contra el cáncer y ha compartido lo que aprendió en el proceso en su nuevo libro, Jesús En Mi: Experimentando La Constante Compañía Del Espíritu Santo.
En el Libro
Ella admite que antes de su tratamiento de quimioterapia sintió como la situación la abrumada por la incertidumbre del futuro: «me sentí sumergida en un abismo en el cual no tenía control y del cual no podía escapar».
Sentido de Propósito
Pero mientras viajaba de compromiso en compromiso, Anne Graham Lotz comenzó a sentir que el Espíritu Santo le daba un ‘sentido de propósito’.
«Una y otra vez, era detenida por pacientes o familiares que me reconocían, me decían que estaban orando por mí y a la vez, me pedían oración por sus situaciones.»
Compartió el Evangelio
«Tuve múltiples oportunidades de compartir el Evangelio con enfermeras, técnicos, doctores, y muchos más. Ese susurro del Espíritu cambió mi actitud de ser una víctima del cáncer, a ser una embajadora del Reino.»
Después de seis meses de quimioterapia, la Evangelista se cuestionó si debía seguir o no con el tratamiento: «los efectos secundarios son debilitantes, me hacían sentir muy enferma», explicó.
Sin embargo, ella sintió que el Espíritu Santo le confirmaba que debía seguir: «mi siguiente sesión será la séptima. Así que por mucho que me resista, en obediencia a mi compromiso con Dios, allá voy a recibí el tratamiento», dijo Anne.
Estos ejemplos Anne los tomó como susurros del Espíritu Santo «guiandola».
«No hubiera podido resistir el tratamiento sin está guía. No hubiera tenido la misma perseverancia, coraje, confort y dirección si no hubiese leído mi Biblia, y escuchado Su Voz,» remarcó.
Los Susurros del Espíritu
«Si, tal vez hubiese sobrevivido. Pero como muchos otros, estaría llena de incertidumbre, temerosa del porvenir. En lugar de eso, los susurros del Espíritu me permitieron transitar este proceso con confianza, cometiendo pocos errores.»
Leer sus Biblias
Lotz animó a otros a «leer sus Biblias, cada día estudiarlas, aprender a amar las Escrituras y vivir acorde a ellas».
Susurro del Cielo
«Escuchar la voz del Espíritu, que habla a través de las páginas de La Palabra que Él mismo inspiró, es un susurro del Cielo.»
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Fuente: https://www.gacetacristiana.com.ar
