Muchas mujeres en EE.UU comenzaron a compartir sus historias para alentar a otras mujeres a no abortar, tras la aprobación de la Ley del aborto en New York.
Kate Mckinney, madre de tres hijas y nuevamente embarazada en marzo del 2018 fue una de las que contó su historia.
Kate y su esposo enfrentaron un gran desafío al saber el sexo del bebé, aunque ambos estaban muy emocionados de ver crecer a la familia.
«Ese día, no solo descubrimos que tendríamos un bebé, sino que también nuestro bebé tenía una anomalía y que necesitábamos un especialista de inmediato», dijo Mckinney en una publicación.
«La única información que teníamos era que había algo de líquido en la parte posterior del cuello, y que podría ser por varías razones, pero ninguna era buena», agregó Kate.
Consultó a un médico especialista cuando tenía 18 semanas de embarazo, y descubrieron que el líquido en el cuello era tan grande que el bebé no sobreviviría.
El médico intentó persuadir a la futura madre para que abortara, pero la reacción de Kate fue derramar lágrimas. «Le dije que no habría aborto. Me habló sobre los riesgos de continuar con el embarazo y lo que sucedería con una muerte fetal, trataba de convencerme», contó.
Un ángel dentro de la clínica
Mientras Kate se hacía un examen para conocer la razón del líquido, una de las enfermeras trajo una palabra de fe.
«Amablemente puso su mano sobre mi hombro, me miró a los ojos y me dijo: ‘solo ten fe. Nada es imposible para Dios’. En el consultorio de un médico, donde parecía que estaban regalando paletas de aborto esta mujer fue un ángel. Sé que Dios la puso allí para decirme eso».
«Oramos mucho, le pedí a Dios un milagro la noche antes de mi consulta» dijo Kate.
El técnico de ultrasonido no midió el tamaño del higroma quístico y ella tenía miedo a recibir malas noticias, sin embargo, un médico la atendió por primera vez y le dijo con una dulce voz: «tranquila no hay nada para medir».
El bebé nació en perfectas condiciones el 5 de noviembre. «los doctores estaban conmocionados, tanto es así que hicieron la mayor cantidad de exámenes posibles tratando de descubrir si algo estaba mal con él pero todos fueron negativos», agregó la madre.
El hijo solo tiene un pequeño soplo cardíaco que es común y se adapta a sí mismo, «eso es todo, el bebé que tenía 0% de posibilidades de vivir, ahora está aquí y está sano», dijo.
«Creo firmemente que mi fe fue probada durante este embarazo. Quería ver si creía en Él para sanar a nuestro bebé y me alegro de haberlo hecho», dijo Kate.
«Elijo la vida ayer, hoy y mañana. Oraré por New York y por los líderes que tomaron esa decisión porque se muy bien que nada es imposible para Dios», agregó.
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Fuente: bibliatodo.com