Estados Unidos, la primera economía global, acude a las urnas para decidir quién será su próximo presidente, una elección que lejos de estar decidida, promete mantener la incertidumbre hasta el último momento y no descarta reeditar una nueva sorpresa, como ya ocurrió en el 2016.
“El sistema electoral es irregular a comparación de otros países, pues aquí no se elige al presidente por voto popular y más del 50%, esto se tiene en cuenta, sino quien decide son los colegios electorales, que es un grupo de 538 entre los que también se encuentran los congresistas.
Muchos consideran esto antidemocrático, aunque su idea es defender los intereses de los estados menos poblados”, explica el analista político, Robert Valencia.
“Las encuestas miden el sentir de los estadounidenses, por eso aunque la ventaja sea incluso de doble dígito, eso no definirá las elecciones”, agrega Valencia.
Esto se vio perfectamente en 2016, cuando Trump obtuvo el voto de 304 colegios electorales, por tan solo 227 de Hillary Clinton.
Uno de ellos, además, es el hecho de que se espera que la participación sea más elevada que en años anteriores, dada la alta polarización que existe en el país.
De hecho, hasta este lunes al menos 93 millones de los 230 millones de electores del país ya habían emitido su voto anticipado. Entre ellos, los dos candidatos. (Ver gráfico más abajo)
“Algunos estados son clave para determinar los resultados, los cuales son conocidos como pendurales, entre los que están Pensilvania, Florida, Wisconsin u Ohio, entre otros, los cuales no son fieles a un partido”, apunta Valencia.
El voto de los latinos también será relevante pues, como indica Pew Research Center, hay más de 32 millones de ellos con derecho a voto.
Y este, históricamente, ha sido demócrata: en el 2016, el 65% voto por el partido de Biden, por el 29% para los republicanos.
El voto conservador
Según una reciente encuesta realizada por el investigador Dr. George Barna y el Centro de Investigación Cultural de la Universidad Cristiana de Arizona.
El presidente Trump tendrá más apoyo de los cristianos conservadores en las elecciones presidenciales de 2020 que en las de 2016.
La encuesta, que fue comisionada por el Consejo de Investigación de la Familia (FRC por sus siglas en inglés), examinó un grupo clave de cristianos conservadores que era el “cuerpo más unido” de los partidarios de Trump en las elecciones de 2016.
En 2016, el 93 por ciento votaron por Trump. Cuatro años más tarde, la cantidad aumentaría al 96 por ciento de ellos que probablemente votarán por el presidente para un segundo mandato.
La investigación encontró que entre los diez temas que más influyen en la forma en que los conservadores votarán en las elecciones de 2020.
Los temas más considerados por ellos son las políticas provida (52 por ciento), la libertad religiosa (43 por ciento), los nombramientos en los tribunales federales (43 por ciento), la ley y el orden (26 por ciento) y la economía (24 por ciento).
Fuente: evangelicodigital.com
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