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“Inconformados Moviment”, formado por jóvenes de la Iglesia Asambleas de Dios, ha abrigado los cuerpos y los corazones de las personas sin hogar en la ciudad de Canoas, Brasil, a través del Evangelio durante el duro invierno en Rio Grande do Sul, abrigos y comidas cada día. Los jóvenes predican el mensaje de salvación a los que sobreviven en las calles.

Cada semana se dona un promedio de 30 a 70 loncheras a personas sin hogar. Junto con las comidas, también se ofrecen mantas y un conjunto de ropa de abrigo para proteger a los residentes del frío. El año pasado, el movimiento juvenil distribuyó más de 700 comidas y recogió más de 650 kg de alimentos.

“Inconformados Rua” surgió del deseo del joven Israel Florentin, de 25 años, de llevar el amor de Dios, en palabras y acciones, durante la pandemia de covid-19 en 2020. El proyecto social es un brazo de Inconformados Moviment, un proyecto de evangelización de la juventud de AD en Canoas.

“El Movimiento de los No conformistas, como su nombre lo dice, está insatisfecho con el sistema del pecado que reina y acaba con vidas. Salimos a las calles porque creemos en un avivamiento para nuestra generación, y sabemos que el avivamiento solo ocurrirá cuando la Iglesia comience a predicar la Palabra y cuando las esferas sociales sean transformadas por el Evangelio”, explicó Israel

Junto a él, el movimiento está liderado por cinco jóvenes cristianos y moviliza a unos 30 jóvenes cada semana, que salen a las calles a evangelizar. Antes de las acciones en la madrugada del viernes, otro nutrido grupo de voluntarios trabaja en la base, ubicada en la iglesia, preparando comidas, organizando la recolección de ropa y alimentos no perecederos, y trabajando para dar a conocer el proyecto.

El proyecto también está ayudando a los adictos a las drogas, con quienes se encuentran durante las acciones. El trabajo ya ha dado resultados con personas recuperadas y vidas transformadas por el poder del Evangelio. “Porque de nada sirve predicar, hospitalizar y abandonar, sin hacer ninguna visita. Entonces, un equipo va al centro todos los meses para visitar a las personas rescatadas y llevar canastas de alimentos”, explica Israel. Para estar preparados para los desafíos, los voluntarios se capacitan en evangelismo urbano, lo que les permite trabajar en las calles.

 

Fuente: Impactoevangelistico.net

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