• Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:EL MUNDO

El gobierno de Etiopía y el Frente Popular de Liberación de Tigré acordaron poner fin ala guerra civil que ha estado ocurriendo durante dos años. Las negociaciones tuvieron lugar en Sudáfrica.

Etiopía, país de mayoría cristiana, puede estar al final de la guerra civil

El pacto fue firmado en Pretoria, provincia de Gauteng, la capital administrativa del país y fue mediado por la Unión Africana (UA), según Folha de S. Paulo.

La guerra que devastó la región de Tigré ha matado a cientos de miles de personas. Muchos perdieron sus hogares y un bloqueo cortó la comunicación de gran parte de la región, lo que interrumpió las llamadas de ayuda.

Alrededor de 5,2 millones de personas necesitan ayuda en esa región. Las Naciones Unidas dicen que el gobierno etíope usó el hambre como arma de guerra.

Restablecimiento del orden público

El anuncio del acuerdo de paz fue recibido con cierta sorpresa por la comunidad internacional, que sabía que las negociaciones serían difíciles.

Pero como dijo el ex presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, jefe del equipo de mediación de la UA: «Ambas partes del conflicto etíope han acordado formalmente un cese de hostilidades y un desarme sistemático ordenado, fluido y coordinado».

Obasanjo explica que el acuerdo incluye «la restauración de la ley, el orden y los servicios, el acceso irrestricto a los suministros humanitarios y la protección de los civiles, especialmente las mujeres, los niños y otras personas vulnerables».

«Ahora le toca honrar el acuerdo de paz»

El enviado del gobierno etíope, Redwan Hussein, quien confirmó el alto el fuego, dijo que ahora «tiene que cumplirlo».

El líder de las fuerzas separatistas, por su parte, calificó las concesiones hechas como dolorosas, aunque necesarias para el fin de la muerte y la destrucción a gran escala en la región.

«Este no es el final del proceso de paz. La implementación del acuerdo firmado hoy es crucial para su éxito», dijo Orbasanjo.

Manifestaciones sobre el acuerdo de paz

Aunque la presencia del gobierno eritreo y algunas fuerzas regionales fue crucial para la decisión de un acuerdo de paz, ninguno de ellos participó en las negociaciones.

Eritrea es un país vecino de Etiopía, que limita con laregión de Tigré. Las fuerzas eritreas están acusadas de participar en uno de los escenarios más horribles, cometiendo crímenes de lesa humanidad a través de abusos de guerra por parte de soldados, como violaciones en grupo, asesinatos y saqueos.

Ni el régimen eritreo ni las fuerzas regionales se pronunciaron sobre la cesación del fuego. Las negociaciones fueron elogiadas por los Estados Unidos.

El secretario general de la ONU, António Gutiérrez, concluyó el acuerdo y dijo que era un primer paso «para traer algo de consuelo a los millones de civiles etíopes que sufrieron mucho durante este conflicto.

Socorro a las víctimas

Según informes locales, los médicos están utilizando soluciones salinas y paños para tratar las heridas de los pacientes, ya que faltan suministros. Según la ONU, el 90% de las personas en Tigré necesitan ayuda, pero carecen de alimentos, vacunas y artículos como la insulina.

Un profesional de la salud que trabaja en el principal hospital de la región definió la situación como «estar de vuelta en la cirugía del siglo 18». La desnutrición afecta entre el 16% y el 28% de los niños y alrededor del 50% de las mujeres embarazadas y lactantes.

Vale la pena mencionar aquí que entre las víctimas haycristianos que son doblemente vulnerables. Ya sufren las consecuencias de la guerra y todavía tienen que lidiar con la discriminación frente al extremismo islámico en el país.

En algunas partes de Etiopía, los cristianos no tienen acceso a los recursos de la comunidad, están condenados al aislamiento y son discriminados. Además, algunos pueden morir cuando extremistas islámicos atacan iglesias y casas.

Debido a que el gobierno tiene una relación especial con la Iglesia Ortodoxa Etíope, otras denominaciones, especialmente los protestantes evangélicos y pentecostales, son perseguidos por el estado.

Los cristianos que cambian de denominación y abandonan la Iglesia Ortodoxa también están sujetos a la presión de la familia y la comunidad y pueden enfrentar un maltrato significativo. También se puede impedir que las iglesias «clandestinas» celebren sus reuniones y servicios.

 

Fuente: Bibliatodo.com

Si quieres recibir esta y otras informaciones sigue a Fuerza Latina Cristiana en Instagram, Facebook y Twitter. << Impactando al Mundo y Ayudando a Servir Mejor >>

Por nuestro esfuerzo de mantenerte informado dale ME GUSTA a nuestra página en FACEBOOK –> https://bit.ly/2OgqAqV