Estas Navidades, ni siquiera las temperaturas bajo cero han disuadido a los cristianos de Asia Oriental de compartir el Evangelio. Mongolia, es conocido por su gélido clima invernal. En la capital, durante el mes de diciembre, la temperatura mínima media diaria es de -9 grados Fahrenheit.
Durante los meses más fríos del año, incluso caminar al aire libre y respirar el aire helado durante demasiado tiempo puede resultar incómodo. Sin embargo, en lugar de dejar que las heladas les impidan realizar actividades de divulgación y ministerio, una iglesia ha aprovechado las oportunidades únicas que brinda esta estación.
Todos los sábados, varios creyentes recorren la ciudad en coche en busca de personas que estén caminando. Cuando encuentran a alguien, se ofrecen a llevarle a donde necesite ir con la intención de compartir el Evangelio. Normalmente, durante el trayecto encuentran oportunidades para hablar de Cristo.
Eileen Swarr, una trabajadora de la IMB (International Mission Board) –una sociedad misionera cristiana afiliada a la Convención Bautista del Sur – que vive en la misma ciudad, dijo que los miembros de la iglesia han visto constantemente a Dios obrando a través de estos esfuerzos.
«Casi todas las semanas durante el tiempo de testimonio de la iglesia, la gente comparte que después de orar antes de salir a evangelizar los sábados, Dios los dirigió a una persona específica y preparó los corazones de esas personas para creer», dijo.
La iglesia también está planeando una campaña navideña con otras dos pequeñas iglesias de la misma ciudad. Durante meses, todos han estado orando por cinco amigos o familiares con los que compartir el Evangelio e invitarlos a un servicio especial de Navidad que las iglesias celebrarán juntas.
Swarr dice que se ha sentido alentada por el corazón evangelizador de estas iglesias. Menos del 2% de la población es creyente, y en más de 200 condados del país no hay iglesias. Hay una gran necesidad de que los creyentes locales planten iglesias sanas y que se multipliquen. Satisfacer esa necesidad comienza con sencillos actos de obediencia, como compartir el Evangelio con quienes les rodean.
«Su firme posición me anima a ser un testigo más audaz», dijo.
Oremos para que Dios dé a los creyentes mongoles muchas oportunidades durante la Navidad para compartir el evangelio con sus amigos y familiares, y que mientras se reúnen para celebrar Su nacimiento, Él los fortalezca y anime para el próximo año.
Fuente: CBN.com
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