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La perfección en Cristo es un estado de plenitud e integridad absoluta. Según La Biblia, la perfección implica estar libre de faltas, defectos o deficiencias. Asimismo, la perfección debe entenderse como el don que los seres humanos reciben a través de Jesucristo.

El apóstol Rafael Ugarte Talavera, en el programa “Agua Viva para las Naciones”, explica que el perfeccionamiento en Cristo, produce que nos equivoquemos menos. En este sentido, indica que vivimos el tiempo del Cristo impartido y el proceso de perfeccionamiento es en el alma.

“El perfeccionamiento del alma, provoca efectos en cinco áreas: intelecto, emociones, voluntad, conciencia y temperamento. A medida que Cristo se forma, las cinco áreas se perfeccionan a la imagen del hijo”, asegura Ugarte Talavera.

Agrega que una persona que se le ha formado Cristo, aunque sea perfecto en espíritu, puede estar enfermo en esas cinco áreas. Además, afirma que los objetivos de los perfeccionamiento en esas áreas es: ver las cosas como Dios las ve, tener emociones sanas, voluntad conforme los diseños de Dios, un nivel de discernimiento conforme la mente de Cristo y un temperamento que ayude a ejecutar el propósito eterno.

Perfección en todas las áreas
“Una persona perfeccionada en estas áreas es perfecta, plena, íntegra y poderosa, como lo fue Cristo encarnado. La perfección se relaciona con la nueva naturaleza, la vida de Cristo expresada en nuestras vidas. Un alma no perfeccionada, no permite la expresión de las características de la vida del espíritu”, precisa Ugarte Talavera.

Además, señala que desde la óptica del reino, un alma dañada no tiene el estándar de la vida de Cristo. Por lo tanto, el Nuevo Pacto debe entenderse como el marco jurídico que Dios estableció para los recreados en Cristo, que ven avances en todas los aspectos de su vida.

“Una persona que recibió la vida perfecta de Cristo, renueva su entendimiento, su alma se sana y proyecta felicidad, paz y tranquilidad. El perfeccionamiento es causa de una vida impartida y la identidad no está en las cosas, está en la relación familiar que tiene con el padre. La identidad de la persona que se le formó Cristo, estás ligada a la perfección de Cristo, será una identidad celestial y nada de las situaciones del mundo lo afectan”.

Rafael Ugarte Talavera
Por otro lado, el apóstol señala que la espiritualidad para nosotros está en Cristo y que toda la administración de la bendición y herencia de Dios, es exclusiva para los hijos de Dios. Por consiguiente, una persona que no está en Cristo no es heredero, en el Nuevo Pacto, Dios nos da la oportunidad a todos de entrar en su bendición por medio de Cristo.

“Solo hijos de Dios tienen derecho a la herencia, porque se la dio a través de Cristo y es a través de su impartición que somos heredero y parte de la familia del reino. El perfeccionamiento cambia las intenciones del corazón, porque entendemos cómo opera Dios y sus proyectos”, recalca Ugarte Talavera.

 

Fuente: Noticiacristiana.com

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