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Gary Florence presenció una experiencia sobrenatural después de que su esposa, Robin, se recuperara de una hemorragia cerebral. Mientras oraban, una palabra de fe lo hizo mantener la esperanza: “Esta enfermedad no es para muerte”, fue la frase que mantuvo la fe de Gary.

“SIRVO A UN DIOS REAL”, EL TESTIMONIO DE UNA MUJER QUE SOBREVIVIÓ A UNA HEMORRAGIA CEREBRAL

El 3 de agosto del año pasado, Gary recibió una llamada de su esposa en la que le comunicaba que no se sentía bien. “Cuando llegué al trabajo recibí su llamada. Ella estaba llorando y dijo: ‘Creo que estoy teniendo un derrame cerebral’. Así que salí de allí lo más rápido que pude”, testificó a CBN News.

Robin contactó a su hermana, quien la trasladó en ambulancia a un hospital cercano ubicado en Pensilvania, Estados Unidos, donde fue operada de manera inmediata. Todo lo que sabía Gary era que su esposa estaba llorando y creía que estaba teniendo un derrame cerebral”, contó, Según el médico Evan Fox, quien trató el aneurisma de Robin.

Después de la cirugía, comenzó a llorar. Durante un período de varios días, la vida de Robin estuvo en peligro. Ante esta situación, Gary pidió la ayuda de amigos y familiares para que se unieran a él en oración. La recuperación de su esposa sorprendió a los médicos que la trataban, aunque una enfermera recomendó monitorear su estado durante 21 días.

No obstante, dos semanas después de la cirugía, su condición empeoró significativamente, lo que llevó a uno de los médicos a alertar a Gary acerca de la gravedad de la situación. Gary volvió a solicitar apoyo en oración para su esposa, y se tomó aproximadamente tres horas en llegar desde su casa hasta el hospital donde se encontraba Robin.

“Cuando llegué a casa y me estaba estacionando en el camino de entrada, escuché una voz tan fuerte y audible en mi espíritu, ‘¿El diagnóstico de quién vas a creer?’ Y en voz alta, dije: ‘Elijo creer en tu Palabra’”, declaró. Al día siguiente, entró en la habitación y, mientras la miraba, pestañeó probablemente por primera vez en una semana”, recordó Gary.

Después del incidente, Robin tuvo una recuperación gradual y constante que duró tres meses, hasta que pudo recibir el alta médica. Actualmente, se encuentra totalmente recuperada y sin secuelas. “Mi fe simplemente explotó porque vi la intervención sobrenatural y milagrosa de Dios. Vi con mis propios ojos a mi esposa pasar de la muerte a la vida. Él sanó a los leprosos. Sanó a la señora de un flujo de sangre. Y, sin embargo, debemos hacer cosas aún mayores como seguidores de Jesucristo”, dijo Robin.

 

Fuente: Impactoevangelistico.net

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