Las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos de París se burlaron de la sagrada Última Cena de Jesucristo con una presentación blasfema de una drag queen durante el fin de semana, alimentando la indignación mundial que finalmente obligó a los organizadores de los Juegos Olímpicos a emitir una disculpa parcial el domingo.
La portavoz de París 2024, Anne Descamps, afirmó el domingo: «Está claro que nunca hubo intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso… Si alguien se ha sentido ofendido, por supuesto que lo lamentamos muchísimo».
Los cristianos de todo el mundo quedaron atónitos ante la perturbadora imagen de ver una recreación sexualizada de la famosa pintura «La Última Cena» de Leonardo da Vinci.
Desde el presidente de la Cámara de Representantes hasta el multimillonario Elon Musk y el evangelista Franklin Graham, la condena fue rápida y severa.
Graham advirtió: «Más que faltarles el respeto a los cristianos, me preocuparía faltarle el respeto a Dios. Su Palabra nos dice: ‘No os engañéis, Dios no puede ser burlado’ (Gálatas 6:7). Ya seas católico, ortodoxo, anglicano o protestante, es ofensivo».
El propietario de SpaceX, Tesla y X, Musk, lo calificó de «extremadamente irrespetuoso con los cristianos».
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (republicano por Luisiana), publicó: «La burla de la Última Cena que se hizo anoche fue impactante e insultante para los cristianos de todo el mundo que presenciaron la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos. La guerra contra nuestra fe y nuestros valores tradicionales no conoce límites hoy en día. Pero sabemos que la verdad y la virtud siempre prevalecerán. ‘La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la han vencido’ (Juan 1:5).»
Incluso la actriz cristiana Candace Cameron Bure se sintió obligada a comentar la monumental burla a la fe.
«No quería opinar públicamente sobre la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos porque siempre corro el riesgo de convertirme en noticia», dijo en una publicación de Instagram el domingo. «Pero me pareció demasiado importante no hacerlo».
«Los Juegos Olímpicos siempre me han dado mucha alegría. Son los mejores atletas del mundo los que compiten por el título», dijo. «Así que ver un evento tan increíble y maravilloso que tendrá lugar en las próximas dos semanas y ver en la ceremonia inaugural blasfemar y burlarse por completo de la fe cristiana con sus interpretaciones de la Última Cena fue repugnante y me puso muy triste».
Pero añadió un toque positivo: «Dios ama a todos y cada uno de ustedes y su deseo es que lo conozcan. No dejaré de orar e invocar el nombre de Jesús. Compartan el mensaje del evangelio. Que esto les sirva de estímulo para ser valientes en su fe. Abramos nuestros corazones a Dios, padre de Abraham. Oremos. Y oremos para que los atletas cristianos hagan brillar su luz para la gloria de Dios».
Fuente: 1CBN
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