Saber que tan al norte se extendió el reino bíblico de Israel ahora es mucho más fácil gracias a un reciente descubrimiento hecho por un grupo de arqueólogos en Tierra Santa.
Una inscripción en hebreo descubierta hace poco podría confirmar que las fronteras del antiguo Israel se extendieron más allá de lo que muchos arqueólogos pensaban. Esto confirma un relato bíblico.
La Dra. Naama Yahalom-Mack y el Dr. Nava Panitz-Cohen, ambos arqueólogos y pertenecientes al Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, le dijeron al portal The Jerusalem Post que Abel Beth-Maacah fue el sitio donde se descubrió la inscripción.
Abel Beth-Maacah se menciona varias veces en la Biblia.
“Y Ben-adad consintió con el rey Asa, y envió los príncipes de los ejércitos que tenía contra las ciudades de Israel, y conquistó Ijón, Dan, Abel-bet-maaca, y toda Cineret, con toda la tierra de Neftalí”, dice 1 Reyes 15:20.
Más adelante, en 2 Reyes 15:29, la ciudad figura entre las conquistadas por el rey de Asiria.
Datos importantes acerca de Abel Beth-Maacah
Según los investigadores, esta revelación fue descubierta en el siglo XIX y se identificó con la ciudad bíblica anteriormente mencionada.
Su ubicación y semejanza entre el nombre de la aldea árabe Abil al-Qameh que se encuentra encima de ella fueron algunas de las razones que llevaron a relacionar a la ciudad con la ubicación encontrada.
«Es un sitio muy grande y prominente, y antes de comenzar nuestro proyecto hace ocho años, nunca había sido excavado, posiblemente debido a su ubicación fronteriza», dijo Panitz-Cohen al Post.
Aunque con el pasar de los años Abel Beth-Maacah ha producido diversos descubrimientos importantes, no le ha permitido a los arqueólogos comprender la afiliación política de la ciudad en la Edad del Hierro.
En el verano pasado, al final del periodo de excavación, el equipo dirigido por el profesor Robert Mullins y dos arqueólogos de la Universidad Hebrea, encontró cinco frascos triturados en un edificio construido en la época anteriormente mencionada.
Tiempo más tarde, mientras Adrienne Ganur, restauradora de la Autoridad de Antigüedades trabajaba en ellos, se dio cuenta de que uno de los frascos tenía una inscripción en tinta.
Luego de más estudios, el profesor Christopher Rollston de la Universidad George Washington, dijo que la inscripción la palabra “Lebenayau”.
En hebreo y algunos otros idiomas semíticos, la palabra se refiere al concepto de edificio, y el final teofórico “yahu”; el cual se refiere a YHWH, el Dios de los israelitas.
Fuente: BibliaTodo
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