Vanessa Sousa, de 22 años, se levantó de su silla de ruedas después de 11 meses de parálisis.
La aflicción de su enfermedad la llevó a buscar de Dios, sin imaginar que durante un culto de adoración, encontraría la sanidad para su alma, espíritu y cuerpo.
A Vanessa se le paralizó el cuerpo a inicios del 2019. Después de sentirse enferma y desmayarse continuamente, fue diagnosticada con discopatía degenerativa; una enfermedad que afecta las dos vértebras de la columna vertebral, especialmente las extremidades inferiores.
La estudiante de ingeniería civil estuvo hospitalizada y, desde entonces, un pensamiento de resignación a vivir en silla de ruedas de por vida, la seguía.
Sin esperanza alguna, asistió a una iglesia cristiana por la invitación de una vecina. La joven ingeniera jamás imaginó que aquel culto transformaría su historia para siempre.
Encontró la sanidad. A través de la oración de los miembros de la iglesia, ella se levantó de su silla de ruedas después de casi un año.
“El 15 de diciembre fue el día que Dios eligió para mí. No solo me levantó de la silla de ruedas, la que a menudo me encarcelaba, sino que también liberó mi alma. Es un día que nunca olvidaré”, dijo Vanessa en su cuenta de Instagram, esparciendo la noticia de que Dios fue su Sanador.
El milagro fue celebrado por los líderes de la iglesia y creyentes en Dios, quienes se encontraban reunidos en oración. «A este Dios servimos. A Él sea todo honor, toda gloria y toda adoración. ¡Dios sigue haciendo milagros!», mencionan los líderes gozosos.
Ante la noticia, los médicos que diagnosticaron a Vanessa con una enfermedad difícil de tratar, se quedaron perplejos al ver a Vanessa caminando. Sin duda alguna, Jesucristo no ha cambiado, Él tiene poder. ¡No hay imposibles para Dios!
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Fuente: impactoevangelistico.net