La incertidumbre y el descontento dan a la extrema derecha la oportunidad de ganar las elecciones presidenciales en Francia. Pero los protestantes continúan apoyando a Macron, dice el investigador Sebastien Fath.
Francia decide el domingo 24 de abril quién dirigirá el país durante los próximos cinco años. Según las encuestas, la líder de extrema derecha Marine Le Pen está un diez puntos por detrás del actual presidente, Emmanuel Macron.
La primera vuelta confirmó que lo que antes eran posiciones minoritarias en los extremos han tomado el lugar de los partidos tradicionales de gobierno. Marine Le Pen (Asamblea Nacional, extrema derecha, 23 %) y Jean-Luc Mélenchon (La Francia Insumisa, extrema izquierda, 22 %) ocuparon el segundo y tercer lugar el 10 de abril. En contraste, el no hace mucho tiempo muy poderoso Partido Socialista y Los Republicanos obtuvieron menos del 5% de los votos cada uno.
¿En qué se diferencia Francia ahora de antes de la pandemia? ¿Y qué papel juegan los cristianos evangélicos en este escenario cambiante?
El historiador francés Sebastien Fath, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Científicas(CNRS, por sus siglas en francés), ha reflexionado sobre algunas de estas cuestiones para Evangelical Focus. Fath se ha especializado en el estudio del evangelicalismo francés y el cristianismo poscolonial.
Pregunta: Los extremos políticos son mucho más fuertes ahora en Francia. ¿Por qué mucha gente pone sus esperanzas en opciones más radicales?
Responder: Todas las sociedades han sido destrozadas por la pandemia de la Covid-19. Pero Francia también ha atravesado otros dos desafíos específicos.
El primero es el movimiento de los chalecos amarillos. Durante unos 2 años, las “protestas de los chalecos amarillos” han sido muy fuertes en Francia. Millones de trabajadores y ciudadanos desempleados han protagonizado más de 60 semanas consecutivas de protestas. Se han quejado de las dificultades económicas y la falta de atención. Se han sentido olvidados por el statu quo y han denunciado la creciente desigualdad y a una élite política desacreditada. Han bloqueado rotondas en todo el país, noche y día, manifestándose en las calles de la mayoría de las ciudades todos los sábados. Sin embargo, el presidente Emmanuel Macron ha escuchado. Ha comprendido la necesidad de mejorar las redes de seguridad y ayudar a las familias a lograrlo. Durante la pandemia, el Estado del bienestar de los franceses ha sido tan fuerte como siempre. Cuando las personas perdían sus trabajos, se otorgaban salarios o ingresos.
El segundo desafío específico en los últimos años ha sido una ola de ataques del radicalismo islámico. Los dos principales fueron el atentado durante el mercado navideño de Estrasburgo de 2018 (5 muertos) y la decapitación de un profesor, Samuel Paty, el 16 de octubre de 2020. El gobierno respondió con una ley contra el “separatismo”. Los protestantes tenían fuertes reservas. Entre ellos, tanto la Federación Protestante Francesa (FPF, por sus siglas en francés) como el Consejo Nacional de Evangélicos de Francia (CNEF, por sus siglas en francés) reaccionaron e intentaron modificar algunas de las nuevas medidas. ¿Por qué más controles sobre las religiones? ¿Por qué reducir la libertad en nombre de la seguridad?
El efecto acumulado de la crisis de la Covid-19, las protestas de los chalecos amarillos y las amenazas del radicalismo islámico han aumentado los temores y la ira popular. Desde 2017 (las anteriores elecciones presidenciales de Francia), la sociedad francesa está más polarizada. Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2022 lo muestran claramente, aunque hay que señalar una cosa: Eric Zemmour, el más extremista defensor de las políticas de extrema derecha, no ha obtenido tan buena puntuación: un 7%. Los protestantes han votado menos por él que el resto de la población. Según la encuesta Ifop-La Croix, solo el 5% de los protestantes ha votado por Zemmour.
Le Pen, la otra candidato de extrema derecha, también ha puntuado menos con los protestantes (17%) que con el resto de la población (23,3%). En general, digamos que los protestantes franceses, incluida su mayoría evangélica, no se han inclinado mucho por los candidatos radicales. Melenchon, el principal candidato de extrema izquierda, ha reunido solo el 16% de su voto de parte de los protestantes (mientras que el 22% de la población general ha votado por él).
La principal lección que se puede sacar de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas es que los protestantes han vuelto a apoyar masivamente a Emmanuel Macron, como en 2017. El 36% de los votantes protestantes, según la encuesta IFOP/La Croix, ha votado por él, en comparación con el 27,5% de la población general.
P: ¿Crees que los protestantes seguirán apoyando a Macron en la segunda vuelta? Y en concreto, los cristianos evangélicos, ¿van a ir a votar?
R: Los cristianos evangélicos franceses constituyen la mayoría del protestantismo francés en la actualidad. Emmanuel Macron no tendría el 36% de los votos protestantes sin los votantes evangélicos. Sin embargo, los evangélicos franceses parecen estar un poco menos dispuestos a votar que hace 5 años.
También son un poco menos expresivos. En 2017, algunos medios evangélicos franceses como el sitio web Infochrétienne se posicionaron. No vemod esto en 2022. No parece que Zemmour, a quien en ocasiones se ha comparado con Trump, atraiga a muchos votantes dentro de los votantes pentecostales y evangélicos en Francia. Según la encuesta IFOP/La Croix, la mezcla populista de extrema derecha (que se extiende por toda Europa) parece funcionar mucho mejor dentro de los círculos católicos franceses que entre los votantes evangélicos franceses. El 40% de los católicos franceses han votado por candidatos de extrema derecha en la primera ronda de las elecciones presidenciales francesas de 2022. Esto es mucho.
P: Para los cristianos, ¿cuáles cree que son los temas más relevantes en Francia ahora y para los próximos 5 años? ¿Qué les preocupa más?
R: Entre las prioridades de los votantes protestantes de hoy, la que ocupa el primer lugar es la salud (77%). Luego, temas de salarios e ingresos (72%). Lo que sigue es educación (66%), limitar el nivel de impuestos (64%) y luchar contra el terrorismo (62%). Según otros estudios centrados específicamente en la mayoría evangélica del protestantismo francés, la agenda familiar también es importante, junto con la preservación de la plena libertad religiosa. Estos últimos elementos los atraen más hacia los partidos de derecha.
Pero admitamos que no hay un voto evangélico francés unificado. Encontramos evangélicos franceses en todos los partidos políticos. Siempre con unos distintivos: privilegiar la libertad, el trabajo, la solidaridad, la familia. Y una posición cautelosa contra la política del miedo, por una sencilla razón: los evangélicos franceses sí tienen esperanza. Por el Evangelio, por supuesto, pero también por su situación. Sus filas en Francia se han multiplicado por más de tres en los últimos 20 años (de 350.000 a 1,1 millones).
Las megaiglesias y las grandes comunidades cristianas se multiplican en París y sus alrededores, también en Mulhouse y otras ciudades. En Internet, los sitios web y las redes de habla francesa han explotado en los últimos 10 años. ¿Por qué mirar hacia atrás y sembrar el miedo? Los evangélicos franceses prefieren mirar hacia adelante y prepararse para la expansión.
Fuente: Protestantedigital.com
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