En el año 2011, cuando el Pastor Gustavo Banda, plantó una iglesia, en Scorpion Canyon, en la frontera con México, con Estados Unidos, no imaginó que su congregación, se convertiría en un refugio para miles de inmigrantes.
Según Guiame.com, todo comenzó, cuando Gustavo y su esposa Zaida Guillén, se mudaron al barrio pobre, donde nadie quería estar, a diez kilómetros de Tijuana.
Comenta, que, “fue un mandato claro de Dios, mudarme aquí, aunque no había absolutamente nada en este lugar”, dijo el pastor a CBN News.
“Trabajando ocho meses, y día y noche, sabíamos que Dios iba a hacer algo especial, pero nadie tenia idea de lo que realmente iba a pasar” agregó.
Plantando una iglesia en un lugar olvidado
Obedeciendo la voz del señor, la pareja construyó el templo Embajadores de la Iglesia de Jesús, en el centro de Scorpion Canyon.
No había calles pavimentadas, ni alcantarillado en el barrio. La ladera está llena de basura, y la delincuencia es alta.
“Cuando nos mudados aquí por primera vez, solo había vacas, caballos, gallinas y personas con muchas necesidades”, dijo Banda.
Él y su esposa, comenzaron los servicios dominicales en la nueva iglesia, y el resto de la semana, viajaron por caminos difíciles, para ministrar a los necesitados, de casa en casa.
“Compartimos el amor de Jesús con ellos. Fue un mandato de Dios, que tenemos que ir a los pobres”, dice Gustavo.
Abriendo la puerta a los inmigrantes
En 2016, más de 20, 000 haitianos, llegaron a la cuidad de Tijuana, huyendo de la pobreza, y los desastres naturales en su país de origen, y la iglesia, Embajadores de Cristo, se convirtió en un refugio para inmigrantes. “Nunca imaginé que había tanta gente en la iglesia”, comentó el líder.
Desde entonces, su iglesia ha abierto sus puertas, para ayudar a los refugiados, de diferentes partes del mundo.
“Comenzó con migrantes de Haití, África, Pakistán, y Medio Oriente. Hoy tenemos principalmente, personas de El Salvador, Guatemala, Ecuador, Nicaragua, Colombia, y algunos de México. Calculamos que por la iglesia han pasado, unas 35, 000 personas”, afirmó Gustavo.
Hoy la iglesia alberga a 1,200 personas, que se encuentran en la frontera, esperando ingresar legalmente a los EE. UU, y comenzar una nueva vida.
Ayuda a los necesitados
“Le damos de comer 3 veces al día. Intentamos ayudarte con todas tus necesidades. Por la noche, toda la iglesia, se convierte en un gran dormitorio gigante, donde todos hacen sus camas en el piso, y a veces, ni siquiera hay espacio para caminar”, señaló el pastor.
Un equipo de voluntarios de la iglesia brinda educación a los niños, y ofrece cursos de computación, que preparan a los inmigrantes, para ingresar a los Estados Unidos.
“Lo mas importante, que deben de saber los migrantes cuando llegan aquí, es que hay esperanza, y aunque han dejado atrás a sus familias, todos los que estamos aquí, nos hemos convertido en familia”, dijo.
Y finalizó: “No tengo los números, pero hace años que bautizamos a muchos, y muchos se están entregando a Jesús”.
Fuente: Noticiacristiana.com
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