Un hombre de Estados Unidos llamado, George Abbott, experimentó una milagrosa sanación de un cáncer por la obra de Dios.
Abbott un día despertó con un fuerte dolor de estómago, cuando acudió al médico se enteró de que tenía un raro cáncer de vesícula biliar y requirió cirugía de emergencia.
Durante el procedimiento, el equipo médico descubrió que el cáncer se había extendido a su hígado.
“Su pronóstico era malo”, informó el Dr. McQueen, quien también es amigo de la familia.
Su cáncer estaba en una etapa avanzada. Las únicas opciones que tenía George le quitarían la vida.
Sin embargo, George buscó una segunda opinión que le recomendó una extirpación de parte del hígado que estaba dañado.
El doctor le dijo que si encontraba cáncer en otra parte del hígado, ya no podría hacer nada más.
Milagro
La iglesia de George y de su esposa se levantó en oración por la vida del hombre.
Dios respondió de manera rápida y efectiva. El día de la cirugía, mientras el equipo aún estaba operando a su esposo, Cheryl recibió una llamada inesperada del hospital.
“El médico dijo que su hígado es perfectamente normal; que no había señal de cáncer. Colgué el teléfono y comencé a llorar”, testificó.
En los últimos dos años, los exámenes de rutina han confirmado la curación de George: no se ha diagnosticado ningún cáncer.
“No hay tratamiento médico ni explicación para este tipo de resultado. ¡Absolutamente milagroso!”, reconoció el médico.
George asegura de que su caso es una muestra de que el Señor aún hace milagros de sanación: “Estoy aquí para decirles que Dios es un Dios de milagros y Él es un sanador hoy», expresó.
Fuente: Acontecercristiano.net
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