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La familia, es el sitio donde comentamos nuestros problemas, satisfacemos nuestras necesidades de dar y recibir afecto y encontramos un alivio a nuestros quehaceres cotidianos.Sin embargo muchas veces, dentro de la familia se dan tensiones, algunas tan fuertes que son capaces de provocar niveles excesivos de estrés, tales como el divorcio, la enfermedad o la pérdida de alguno de sus miembros. Ante esta problemática, una familia sana reconoce los momentos de estrés y desarrolla métodos para superarlos. Pero una familia disfuncional puede comenzar a vivir los momentos más estresantes y difíciles para todos los miembros que viven en ella.

 


Cuando en una familia llegan a acumularse pequeñas tensiones, el resultado puede ser el debilitamiento y hasta el rompimiento de la unidad, por ejemplo, los desacuerdos sobre la manera de gastar el dinero, que pueden provocar más fricciones que la falta de él.


Las familias que no manejan bien el estrés tienden a sentir que deben actuar con urgencia y rapidez, sin darse un tiempo para descansar y relajarse y así pensar mejor en las soluciones.
En otras personas comienzan las peleas, malentendidos e insultos; también se da la manía de escapismo, en la que un miembro del grupo se encierra en su habitación o en algún rincón de la casa, o simplemente se aleja de ella para evitar los conflictos y la comunicación.


En realidad toda familia experimenta momentos de estrés. Lo importante es aprender a superarlos, y el primer paso para recobrar la armonía familiar, es reconocer que hay un problema, hablarlo entre todos de ser posible para buscar la solución. Recuerda que quien más necesita de tu apoyo y más te lo puede brindar es tu familia, ellos merecen tener momentos de diálogo y convivencia. Si tú lo promueves, todos juntos pueden aprender a controlar su estrés.


Nadie está libre de momentos desagradables, pero es necesario prevenir, medir las palabras y actitudes, pensando en las posibles consecuencias. Anteponga la bondad, el perdón, el diálogo y muchas veces el silencio, antes que decir cosas de las que te puedes arrepentir.
Por lo general, las catástrofes familiares son resultado de cosas pequeñas que se han ido acumulando porque nunca se quisieron enfrentar en su momento, y luego resulta demasiado tarde.


Ante este nuevo desafío, actúe de inmediato y sin egoísmos. La mayoría de los enfrentamientos familiares ya sea entre marido y mujer, o entre padres e hijos se debe a que les falta tiempo juntos en el hogar y sobra tiempo fuera de él; sobran palabras y falta silencio; sobra escándalo y bullicio y falta diálogo.

 

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Fuente: cristianos.com