Cuando faltaban los recursos médicos para ayudar a una mujer infértil que soñaba con ser madre en Burkina Faso, África, las misioneras brasileñas Clara Gandolfi y Larissa Perske recurrieron al poder de Dios.
En enero de 2021, durante una expedición misionera el país africano, la burkinesa, de alrededor de 30 años, participó de las charlas sobre Salud de la Mujer, impartidas por Clara, quien es técnica de enfermería, informa Guiame.
Después de la conferencia, fue a la consulta de enfermería y dijo que tenía dificultades para quedar embarazada y que ya había perdido cuatro embarazos. Ella preguntó por qué sucedió esto, ya que su mayor sueño era tener un hijo.
Clara, quien es estudiante de enfermería dijo que no contaba con los recursos necesarios para investigar las causas de la infertilidad de la paciente.
Por ello, señaló que: «En ese momento vi que todo mi estudio y recursos no eran suficientes. Le respondí a la mujer que no podía hacer nada por ella, no tenía los recursos necesarios. Cuando vemos que lo natural falla, lo sobrenatural actúa”, reveló Clara.
Acompañada por la misionera Larissa, la enfermera le dijo a la mujer infértil que conocía al Dios de los imposibles que podía obrar un milagro en su vida y le pidió que les permitiera orar por ella. El paciente respondió rápidamente que sí.
“Pusimos nuestras manos sobre su vientre y oramos por un milagro de Dios. Lloraba mucho en cada oración. Al final, dijo que creía que el Señor podía obrar un milagro”, afirmó Clara.
Generando un milagro
Con el final de la expedición misionera, Clara y Larissa regresaron a Brasil y continuaron pidiendo la intervención divina en la vida de la burkinés. “Todo el año oré pidiéndole a Dios que honrara la fe de esta mujer y le diera un hijo”, aseguró la enfermera.
En noviembre de 2021, la misionera Rejane Kologo, líder misionera que vive en Burkina, informó que una mujer fue a la iglesia local y pidió que la enfermera brasileña supiera que su oración había sido escuchada y que había dado a luz a un bebé.
Este 2022 Clara y Larissa regresaron a Burkina y la mujer curada de la infertilidad las invitó a conocer a su bebé milagroso, exactamente 1 año después de la oración de las misioneras.
“Cuando llegamos a su casa, las lágrimas no se pudieron contener. Su gratitud a Dios fue increíble. Llamó a la niña Graça, porque era la gracia de Dios sobre su vida y la de su esposo”, manifestó Clara.
Las misioneras pudieron presenciar el fruto de sus oraciones y sostener el milagro de Dios en sus propios brazos. “Esta familia ha probado la bondad y la gracia del Señor. Y Larissa y yo conocemos a un Dios de milagros, que a menudo solo conocemos de oídas. Pero Dios sigue siendo Dios y hace muchos milagros”, concluyó la enfermera.
Fuente: guiame.com.br
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