WASHINGTON — Un antiguo mosaico ubicado cerca de lo que se cree que fue el sitio de la profetizada batalla de Armagedón en Israel contiene una referencia a Jesús como Dios, lo que proporciona información sobre el culto cristiano primitivo durante una época en la que el Imperio Romano todavía perseguía a los seguidores de Cristo.
El mosaico de Meguido, que decoraba una de las salas de oración cristianas más antiguas, se exhibe actualmente en el Museo de la Biblia como parte de una exposición que permanecerá abierta hasta julio de 2025. El mosaico tiene imágenes de un pez, un símbolo del cristianismo primitivo, y una inscripción griega que dice “A Dios Jesucristo”.
Los arqueólogos israelíes descubrieron el mosaico en 2005 durante una excavación de rescate realizada como parte de la expansión planificada de la prisión de Meguido. La exhibición en el Museo de la Biblia es la primera presentación pública del mosaico, ya que debido a su ubicación en los terrenos de la prisión, el mosaico no era accesible al público.
Además de la inscripción que reconoce a Jesús como Dios, el mosaico de Meguido conmemora los nombres de varias mujeres, tal vez resaltando el papel que desempeñaron las mujeres en las primeras comunidades cristianas. El mosaico también presenta el nombre del oficial romano que pagó por su realización.
Durante una recepción para celebrar la inauguración de la exposición el domingo, el director ejecutivo del Museo de la Biblia, Carlos Campo, dijo que el personal cree que el mosaico transmite el “poder transformador de la Biblia”. Instó a las personas que asistieran a la inauguración de la exposición a “dar un paso atrás” y ver el mosaico.
“Porque cuando doy un paso atrás, aprendo más sobre el poder de este objeto y lo que intenta decirme sobre la historia antigua, sobre la historia del cristianismo, sobre el lugar de Meguido en Israel y mucho más”, dijo Campo.
“Y por eso nos hemos reunido hoy para celebrar, que este objeto realmente es una manera de unirnos, una manera de ver que estas pequeñas teselas, estos pequeños fragmentos, estas hermosas piezas, cuando se colocan juntas, cuentan una notable historia de unidad”, continuó el director ejecutivo del Museo de la Biblia. “
Una historia extraordinaria de un lugar que atrajo a personas de muchas áreas diferentes y, sin embargo, compartían suficientes cosas en común como para comprender que eran personas que podían celebrar, adorar y reunirse en paz”, dijo. “Y es lo que nos reunimos para celebrar hoy”.
Fuente: Bibliatodo
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