Una de las primera voces evangélicas bolivianas en manifestarse ha sido la del exdiputado Napoleón Ardaya, que ha asegurado que “el procedimiento que se tiene que seguir es que el Congreso se reúna para considerar la renuncia del presidente y del vicepresidente y dar lugar a la sucesión constitucional”.
Desde la Asociación Nacional de Evangélicos de Bolivia (ANDEB), miembro de la Alianza Evangélica Mundial, han publicado un comunicado en sus redes sociales convocando a las iglesias del país a “un periodo de ayuno y oración por tres días”. “Por la pacificación y cese de la violencia en el país y que se dé una transición que le devuelva a Bolivia el orden y estabilidad política y social”, ha remarcado.
A través de otro documento, la entidad ha exigido a los gobernantes que “escuchen la voz de los gobernados y tomen las decisiones más adecuadas para vivir una convivencia pacífica y democrática”. “Miles de iglesias con presencia en todo el territorio no han cesado de mantener tiempos de oración y adoración pública, y lo seguirán haciendo hasta que vuelva por completo la tranquilidad”.
La ANDEB también ha hecho un llamado colectivo “al pueblo boliviano, para que cese la violencia, no se incite a la confrontación entre bolivianos y que toda expresión sea pacífica en virtud al respeto del derecho de los demás”.
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