Tras su quinto congreso, se promoverá una plataforma de Vida política evangélica continental con una agenda común, se potenciará la presencia en la OEA y se darán los pasos para estar en la ONU.
Este viernes 19 de marzo se desarrolló la segunda y última jornada del quinto Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia (C.Iber), que más allá de estos encuentros anuales se ha convertido en una plataforma que aglutina a lideres y referentes evangélicos (espirituales, sociales y políticos) en una acción conjunta y continuada de todo Iberoamérica. Por primera vez se efectúa de manera virtual debido a la pandemia. Han asistido representantes de 23 países iberoamericanos.
De hecho, en la primera jornada se informó que el C.Iber tendrá personería jurídica en EEUU, donde contará con una oficina en Washington que servirá para conectar y canalizar su actividad con las entidades afines de EEUU y todo Latinoamérica; con el fin de lograr una mayor eficacia e influencia, especialmente ante la ONU y la OEA.
En esta segunda jornada, tras la bienvenida de Hugo Márquez (Argentina, vicepresidente del C.Iber) se trataron tres bloques: una plataforma política continental; una visión panorámica de Iberoamérica por la Vida y la Familia; y la potencialización continental de las ONG evangélicas.
La Jornada terminó con una conferencia magistral final a cargo de Vasily Huber Impulsora de la Declaración de Consenso de Ginebra, y con los agradecimientos y clausura a cargo de Aarón Lara, presidente del C.Iber.
Una plataforma política continental
En esta área intervino David Schlerer, abordando cuál es el horizonte de la presencia política evangélica en América Latina. Schlerer es miembro de la Cámara de Diputados de Argentina desde 2017 por el partido Propuesta Republicana.
En su intervención sobre la presencia parlamentaria de cristianos evangélicos, aclaró que se refiere a “nacidos de nuevo”, no cristianos por cultura o tradición. Casi todos los países tienen esta presencia, los principales EEUU, Brasil, Costa Rica, Colombia, Honduras tienen esta presencia en diferentes estamentos
La lucha ante la ideología de género ha hecho patente esta presencia por el debate generado. El gran desafío es la unidad de acción y una agenda común, más allá del partidismo político. Esto supone “por un lado formación de quienes entran en la vida política, y por otro un carácter a la altura de la demanda de los tiempos que vivimos”.
También expresó la necesidad de crear alianzas con personas y redes evangélicas estratégicas de forma que no exista una desvinculación con el ciudadano (sea o no de fe evangélica). Esto último, dijo, debería corregir que el porcentaje de políticos de fe evangélica es mucho menor que el porcentaje de población evangélica.
Otro gran desafío, explicó, es ampliar la agenda de los políticos evangélicos, como la dignidad humana, el derecho al trabajo, la igualdad de oportunidades, la educación; sin olvidar las metas provida y profamilia.
En este campo de participación política se entrevistó a Guillermo Amarillas Viceministro de Medio Ambiente en Uruguay, defendió que pese a que hay líderes evangélicos y creyentes que ven inadecuado que un cristiano entre en política, Dios llama a cristianos concretos a esa labor; pero “ni es maligna la política, ni se puede participar sin un llamamiento y preparación. “Es un campo misionero donde debemos estar de forma inexcusable, pero estar presente es una responsabilidad que exige estar formado”. Coincide con Schlerer en que el creyente (especialmente si está en política) más allá de la vida y la familia debe tener un posicionamiento sobre economía, empleo, seguridad ciudadana, narcotráfico. En su opinión “hay que escapar del choque izquierda-derecha y tomar una visión bíblica de las cuestiones, que en ocasiones coincidirán con unos u otros. La meta no es que los evangélicos lleguemos al poder, sino que podamos transformar para bien el continente, resolviendo los problemas de los ciudadanos”.
Panorama de Iberoamérica por la Vida y la Familia
Tras un inmenso trabajo, se presentó el que es el primer análisis panorámico de la realidad en Iberoamérica en la lucha en la arena pública (espiritual, sociedal, y política) en favor de la Vida y la Familia.
Este documento ha sido coordinado por Xesús Manuel Suárez (España. miembro de la Junta del C.Iber) con un amplio equipo de expertos de los diferentes países.
“Es sorprendente que el gran avance de población evangélica no se ha traducido, como sería natural, en una mejora general de la calidad de vida humana en todos sus aspectos” dice Suárez. Esto se une a otra pregunta: “¿Por qué en la casi totalidad de los países la presencia de parlamentarios evangélicos es varias veces inferior al porcentaje de población evangélica?”
El documento analiza e intenta responder sin medias tintas la realidad espiritual de Iberoamérica, los logros y deficiencias de la presencia evangélica en los diferentes países; así como las propuestas que a juicio de los autores son necesarias para lograr –
El documento presenta y detalla al final una serie de propuestas de acción a considerar: Construir unidad, concienciar al pueblo evangélico, preparar adecuadamente y promocionar a los creyentes, promover coordinación de iniciativas políticas, continuar trabajando en las instancias internacionales y en las acciones de lobbying, incidir en la sociedad civil y apoyar todo con la oración.
“La ideología de género ni es progresista ni defiende derechos, es reaccionaria y totalitarista; por lo tanto, sus propuestas tienen que ser confrontadas justamente desde la bandera del progresismo, los derechos humanos y la libertad, no desde el puro conservadurismo. Nosotros, los evangélicos, hemos sido históricamente la gente del progreso, la gente de los derechos, la gente de la libertad; no le entreguemos esa bandera a la ideología de género.”
Potencialización continental de las ONG evangélicas.
Un papel esencial del Congreso es visibilizar la enorme labor que realizan las ONG evangélicas, que muestran la falsedad de las acusaciones de el único interés de los cristianos es la lucha provida y a favor de la familia tradicional.
En este sentido, Jorge Márquez (Uruguay, miembro de la junta del C.Iber) introdujo la necesidad de ampliar el concepto de Justicia y Desarrollo junto al lema de Vida y Familia. “Un aspecto esencial del Evangelio es el amor práctico al prójimo, especialmente al desprotegido y necesitado”.
Además, esta enorme labor en bien del conjunto de la sociedad, especialmente los más desfavorecidos, debe tener no sólo visibilidad y testimonio; sino que es también un motivo para ser influyentes en foros civiles como los que ofrece la OEA y la ONU. De este aspecto trató Gilberto Rocha (México, miembro de la junta del C.Iber).
En 2017, tras llegar a la 47ª asamblea de la OEA como primera presencia evangélica oficial, han alcanzado 5 coaliciones con voceros en la 49ª asamblea de Medellín (Colombia) en 2019 con grandes resultados. En 2020, en el 50º congreso virtual de la OEA repitieron con 5 coaliciones (95 organizaciones) y sus respectivos voceros e igual éxito. Para ello, animan a sumarse a este proyecto de estar en la OEA en junio en Guatemala en su 51ª asamblea de la OEA de 2021, lo que debería realizarse lo antes posible por los plazos de inscripción.
“Debemos permear los objetivos y leyes de estas instituciones de forma que atiendan a la familia tradicional, en vez de intereses ajenos a la misma” dice Rocha. “En estos foros debemos ser también sal y luz”. La meta para 2021 es tener presencia oficial en la ONU.
Finalmente, se avanzó la realización en abril del primer Encuentro Cívico Social Evangélico Iberoamericano; para sumar esfuerzos multiplicando resultados en todos los aspectos mencionados. Será gratuito y será formativo para armar una estructura conjunta.
Valerie Huber
Valerie fue directora de la Salud de la Mujer con el presidente Trump. Fue impulsora de la Declaración de Consenso de Ginebra, firmada por 35 países el 22 de octubre de 2020 (34 tras retirar Biden el apoyo de EEUU). Esta declaración reafirma las normas establecidas desde hace mucho tiempo del derecho internacional sobre la familia, la protección de la vida y la protección de la maternidad.,¡
Valerie Huber proporcionó los antecedentes de la declaración. La declaración, explicó Huber, estaba destinada a firmarse en la culminación de la cumbre mundial de la salud de la mujer de la Asamblea Mundial de la Salud, que fue cancelada debido a la pandemia de COVID-19. “Decidimos seguir adelante con la declaración, porque acelerar los avances en salud para las mujeres no puede esperar”, dijo.
“Apoyar el valor intrínseco de la familia no puede esperar. La protección de la vida, nacida y no nacida, y la soberanía de las naciones para hacer sus propias leyes sobre este tema no pueden esperar”, concluyó.
Los 4 pilares de la declaración son: 1) Mejor salud para las mujeres 2) Preservar la vida humana 3) Fortalecer la familia como unidad fundamental de la sociedad 4) proteger la soberanía nacional de los países, por ejemplo, en leyes sobre el aborto, sin presiones externas.
Fuente: Evangelicodigital.com
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