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El trabajo que ha estado realizando la iglesia para ayudar a los refugiados de Ucrania a poder establecerse en otro país es realmente arduo pero vale la pena puesto que están “viviendo las enseñanzas de Jesús”.

El trabajo que ha estado realizando la iglesia para ayudar a los refugiados de Ucrania a poder establecerse en otro país es realmente arduo pero vale la pena puesto que están “viviendo las enseñanzas de Jesús”.  Dentro del evangelio, Jesús hijo de Dios no solo realizaba milagros y ofrecía el perdón por medio del arrepentimiento de pecados, sino que también llevaba amor, cuidados, esperanza y satisfacía las necesidades de muchos que creyendo en quien era en ese tiempo confiaban en Él como única salida a enfermedades, escasez de alimento, problemas no solo físicos sino también espirituales, entre otros más que mostraban y muestran la grandeza del poder y el amor del Padre para con su creación.  De la forma más parecida posible la iglesia de Polonia trata de ser manos, pies, ojos, corazón y provisión de parte de Dios a los refugiados, quienes huyen de Ucrania sin saber que les espera en otro país pues solo quieren sobrevivir; muchos huyen tan solo con la ropa que traen puesta y esperan largas filas para ser atendidos o solo cruzar la frontera.  Los voluntarios impresionan a quienes van a los campamentos con banderas ucranianas en sus autos, ropa y demás mostrando su apoyo; en el caso del transporte, hay muchos que llegan a la iglesia bautista de Chelm para luego ofrecerles a ellos el viaje gratis a otro país como Letonia, Inglaterra y EE.UU, entre otros; los mismos reciben un lugar seguro para dormir sean horas o días los que necesiten estar ahí.   Haciendo lo posible por reconfortar y aliviar el dolor de este amargo momento las iglesias habilitan un área de recepción en donde les ofrecen comida, bebida, duchas y lugares para dormir mientras que a los niños los llevan hasta una zona infantil en donde tienen distintas actividades recreativas para que el shock del momento no les afecte más de lo que ya lo hace.  «Lo que estamos viendo es un movimiento de amor y generosidad en toda esta nación. Los polacos están abriendo sus puertas y sus brazos a los ucranianos. Los están llevando a sus iglesias. Los están llevando a sus hogares. Los están alimentando. Están cuidarlos», dijo Marek Glodek, presidente de la Unión Bautista de Polonia.  «Esto es lo que Jesús llama a sus creyentes a hacer todo el tiempo. Los cristianos polacos están tomando en serio las enseñanzas de Jesús y las viven cada día durante esta situación», agregó.  Aproximadamente un 60% de las iglesias bautistas están enfocados en servir y prestar la mejor ayuda posible para todos los ucranianos, sus necesidades en su mayoría se vuelven dramáticas y radicales puesto que dentro de los almacenes las donaciones se van tan pronto como llegan pero no se detienen las entregas incluso con los ataques rusos.  Y aunque el trabajo se vuelve realmente duro, la ayuda no cesa dentro de los campamentos que rehabilitan distintas zonas para atender hasta casi 50 personas, todas miembro de una sola familia, pero lo que se refleja en los que escapan apenas se puede describir.  «Veo pavor en sus rostros. Veo su dolor. Veo lágrimas en sus ojos. Veo el miedo por la familia que dejaron atrás. Pero también veo cuánto se sienten seguros aquí. Cuando los abrazo, tiemblan de la felicidad de estar a salvo», dice Natasha, líder de una iglesia en la frontera con Bielorrusia, quien tiene a sus padres en Ucrania y los llama dos veces al día para saber si aún están con vida.  «Siento que he hecho tan poco. Podría haber hecho mucho más. Pero trato de hacer todo para que sepan que hemos hecho todo lo que podemos», agrega sobre su trabajo diario junto a Sergei hacia 50 de sus compatriotas, pues ellos también salieron del país hace unos 10 años antes.  La crisis que hay actualmente está separando a las familias, las madres y los hijos pequeños se van mientras los hombres se quedan a pelear por su país sin saber si podrán volver a estar juntos; pero, hasta que pueda haber una salida a la guerra, los cristianos de Polonia reciben con mucho amor a quienes sufren.  «Los rostros de los ucranianos que llegan a Polonia tienen un aspecto de desesperación total, pero veo el amor de Dios derramado por el pueblo polaco y veo brillar la esperanza y el consuelo», dijo Gary Finley, parte de un equipo de Texas Baptist Man que sirve en Polonia.  Cada persona que ha nacido de nuevo tiene el propósito de ser la viva imagen de Jesús, no solo de palabras sino de acciones con la intención de ser un reflejo de Él para el mundo entero, esa es la Gran Comisión que está sembrada en los corazones de cada creyente: el deseo ferviente de ser y vivir como Jesús y ser su instrumento a otros que muestre la inmensidad de su misericordia.  No deje de orar por nuestros hermanos de Ucrania, los presidentes de las naciones involucradas y sus corazones, Dios hará un milagro, ¡Amén!

Dentro del evangelio, Jesús hijo de Dios no solo realizaba milagros y ofrecía el perdón por medio del arrepentimiento de pecados, sino que también llevaba amor, cuidados, esperanza y satisfacía las necesidades de muchos que creyendo en quien era en ese tiempo confiaban en Él como única salida a enfermedades, escasez de alimento, problemas no solo físicos sino también espirituales, entre otros más que mostraban y muestran la grandeza del poder y el amor del Padre para con su creación.

De la forma más parecida posible la iglesia de Polonia trata de ser manos, pies, ojos, corazón y provisión de parte de Dios a los refugiados, quienes huyen de Ucrania sin saber que les espera en otro país pues solo quieren sobrevivir; muchos huyen tan solo con la ropa que traen puesta y esperan largas filas para ser atendidos o solo cruzar la frontera.

Los voluntarios impresionan a quienes van a los campamentos con banderas ucranianas en sus autos, ropa y demás mostrando su apoyo; en el caso del transporte, hay muchos que llegan a la iglesia bautista de Chelm para luego ofrecerles a ellos el viaje gratis a otro país como Letonia, Inglaterra y EE.UU, entre otros; los mismos reciben un lugar seguro para dormir sean horas o días los que necesiten estar ahí.


Haciendo lo posible por reconfortar y aliviar el dolor de este amargo momento las iglesias habilitan un área de recepción en donde les ofrecen comida, bebida, duchas y lugares para dormir mientras que a los niños los llevan hasta una zona infantil en donde tienen distintas actividades recreativas para que el shock del momento no les afecte más de lo que ya lo hace.

«Lo que estamos viendo es un movimiento de amor y generosidad en toda esta nación. Los polacos están abriendo sus puertas y sus brazos a los ucranianos. Los están llevando a sus iglesias. Los están llevando a sus hogares. Los están alimentando. Están cuidarlos», dijo Marek Glodek, presidente de la Unión Bautista de Polonia.

«Esto es lo que Jesús llama a sus creyentes a hacer todo el tiempo. Los cristianos polacos están tomando en serio las enseñanzas de Jesús y las viven cada día durante esta situación», agregó.

Aproximadamente un 60% de las iglesias bautistas están enfocados en servir y prestar la mejor ayuda posible para todos los ucranianos, sus necesidades en su mayoría se vuelven dramáticas y radicales puesto que dentro de los almacenes las donaciones se van tan pronto como llegan pero no se detienen las entregas incluso con los ataques rusos.

Y aunque el trabajo se vuelve realmente duro, la ayuda no cesa dentro de los campamentos que rehabilitan distintas zonas para atender hasta casi 50 personas, todas miembro de una sola familia, pero lo que se refleja en los que escapan apenas se puede describir.

«Veo pavor en sus rostros. Veo su dolor. Veo lágrimas en sus ojos. Veo el miedo por la familia que dejaron atrás. Pero también veo cuánto se sienten seguros aquí. Cuando los abrazo, tiemblan de la felicidad de estar a salvo», dice Natasha, líder de una iglesia en la frontera con Bielorrusia, quien tiene a sus padres en Ucrania y los llama dos veces al día para saber si aún están con vida.

«Siento que he hecho tan poco. Podría haber hecho mucho más. Pero trato de hacer todo para que sepan que hemos hecho todo lo que podemos», agrega sobre su trabajo diario junto a Sergei hacia 50 de sus compatriotas, pues ellos también salieron del país hace unos 10 años antes.

La crisis que hay actualmente está separando a las familias, las madres y los hijos pequeños se van mientras los hombres se quedan a pelear por su país sin saber si podrán volver a estar juntos; pero, hasta que pueda haber una salida a la guerra, los cristianos de Polonia reciben con mucho amor a quienes sufren.

«Los rostros de los ucranianos que llegan a Polonia tienen un aspecto de desesperación total, pero veo el amor de Dios derramado por el pueblo polaco y veo brillar la esperanza y el consuelo», dijo Gary Finley, parte de un equipo de Texas Baptist Man que sirve en Polonia.

Cada persona que ha nacido de nuevo tiene el propósito de ser la viva imagen de Jesús, no solo de palabras sino de acciones con la intención de ser un reflejo de Él para el mundo entero, esa es la Gran Comisión que está sembrada en los corazones de cada creyente: el deseo ferviente de ser y vivir como Jesús y ser su instrumento a otros que muestre la inmensidad de su misericordia.

No deje de orar por nuestros hermanos de Ucrania, los presidentes de las naciones involucradas y sus corazones, Dios hará un milagro, ¡Amén!

 

Fuente: Noticiacristiana.com

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